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Pau Antó, inversor inmobiliario: “Así son los pisos que un inversor nunca compra y tú tampoco deberías”

El mercado inmobiliario está repleto de anuncios disfrazados de auténticas oportunidades. Sin embargo, filtrar por precio y ubicación no es suficiente para encontrar una vivienda de calidad. “El piso que era tan barato puede salir carísimo por no saber detectar los problemas ocultos”, advierte Pau Antó desde su canal de YouTube, con más de 120.000 suscriptores.  En el vídeo, el experto inmobiliario revela cómo detectar las viviendas que parecen un chollo, pero que en realidad sería un error comprar.

Los pisos que nunca deberías comprar, según Pau Antó

Para empezar, “el 90% de las viviendas que parecen gangas en los portales inmobiliarios pueden no ser tan rentables como parecía”, asegura. Aun así, no hay de qué preocuparse porque es sencillo detectar aquellos pisos que un inversor inmobiliario experimentado nunca compra. De hecho, después de conocer los consejos de Pau Antó, “no volverás a mirar Idealista o Fotocasa con los mismos ojos”. En el mercado inmobiliario, hay locuras que la gente comete sin darse cuenta al comprar una casa.

El punto más importante al comprar vivienda es optar por un inmueble que sea rentable a largo plazo, sin dejarse cegar solo por un precio económico. “Un piso barato no siempre significa una buena inversión y un precio bajo puede esconder problemas muy caros”, recuerda el inversor inmobiliario. El primer tipo de piso de segunda mano con el que hay que ser precavido es aquel que se vende barato y a reformar. Por ejemplo, una reforma integral puede costar más de 20.000 euros.

En un principio, el coste de las obras puede disparar el precio final. No obstante, es importante calcular la rentabilidad que se obtendría del alquiler al comparar por cuánto alquilan otros propietarios en la misma zona. Como referencia, para un piso que cuesta 175.000 euros, el alquiler a 1.100 euros mensuales supone una rentabilidad bruta del 7,5 % al considerar que los ingresos anuales son de 13.200 euros solo con el arrendamiento. “Se trata de una rentabilidad muy buena para una ciudad como Madrid”, ejemplifica el economista Pau Antó. Eso sí, cuidado con los gastos que determinan si el alquiler es rentable.

De esta forma, el inversor inmobiliario pretende demostrar que “el problema no es el mercado, es no saber cómo buscar”. En ese sentido, señala cuatro errores que anulan la rentabilidad y que convierten la vivienda en una pesadilla:

  • Rentabilidad baja o costes ocultos caros.
  • Zonas con riesgo alto o rentabilidad limitada.
  • Problemas estructurales sin soluciones reales.
  • No encaja con tu estrategia de inversión.

Un inversor inmobiliario nunca compraría un piso que necesita una reforma en profundidad o que tiene problemas estructurales. La forma más segura de comprobar que no es tu caso es contratar una inspección de vivienda. Por ejemplo, un piso de 67 metros por 100.000 euros en una buena zona en Valencia. A primeras “parece una ganga, pero al leer la descripción te das cuenta de que necesita otros 50.000 euros en reforma”.

En este caso, la inversión asciende a 150.000 euros más gastos y si en el barrio solo se paga 700 euros de alquiler al mes, no es una opción rentable. Al considerar los gastos extra que pueden surgir al comprar una vivienda usada, siempre hay dudas sobre si es mejor comprar una casa nueva o de segunda mano.

¿Cómo saber si una casa está en buenas condiciones?

La compra de una vivienda implica tener en cuenta diferentes factores, independientemente de que se trate de una inversión o de un hogar. Como inversor inmobiliario, Pau Antó lo sabe bien y plantea varios aspectos que determinan si una casa está en buenas condiciones para adquirir. Lo primero en lo que hay que fijarse es en la ubicación. Por ejemplo, desaconseja un piso que esté cerca de la autovía o de las vías de un tren o un metro por el ruido que genera en los alrededores.

Respecto a las características del propio inmueble, el experto inmobiliario recuerda la importancia de fijarse en detalles que revelan si el piso necesita una reforma estructural. Asimismo, conviene evitar aquellas viviendas con techos excesivamente bajos porque dan sensación de “zulo” y reducen la amplitud. Y solo son algunos de los errores comunes al comprar un piso barato que salen caros.

De la mano de este factor están “las distribuciones imposibles con pasillos interminables”, apunta Pau Antó. Si bien esto último se puede solucionar con obras, también es cierto que el presupuesto se dispara y al final puede salir más caro de lo que se pensaba en un principio. Ante los numerosos testimonios de personas para quienes reformar su casa se convirtió en una pesadilla, siempre es buena idea tener presentes los consejos de expertos.

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